REFORMAS
EDUCATIVAS
Por:
Fernando Alejandre Farías.
La
historia de nuestro país en el ámbito educativo nos remite a la
época independiente, ya que, desde entonces se vislumbró la
necesidad de establecer un sistema educativo nacional que unificará
a la sociedad sin distinción de clases. Cuestión que fue lograda
con el presidente Lázaro Cárdenas del Río y las labores realizadas
anteriormente en la denominada guerra de reforma con los fines de
separar el estado de la iglesia en distintos aspectos como el
educativo.
Tras
lograr esta separación se obtuvo una educación igualitaria para
toda la población mexicana, laica y gratuita, esto sin duda
representó gigantescos avances en la educación del país. Sin dejar
de mencionar que el sistema contaba con algunas inconsistencias o
anomalías que fueron presentándose en el trayecto, pero todas ellas
solventadas en su momento y debido al movimiento y evolución natural
del pueblo.
Todo
continúo su paso y evolución ofertándose una educación de acuerdo
a los intereses y fines de una nación. Hasta que todo este proceso
se vio truncado por aspectos meramente personales o de unos grupos,
los cuales vinieron a irrumpir un proceso educativo para injertar
nuevas ideas basadas en la competitividad y el conocimiento, lo cual
arrojó que los esfuerzos de aquellos personajes que velaron por el
bienestar del país y la igualdad de clases fueron tomados y tirados
hacía un costado, permitiendo que la iglesia además de los
consorcios tuviesen todo el derecho de impartir educación
“científica” y religiosa en sus instalaciones.
Bien
es sabido que nuestro país no cuenta con los mejores resultados
educativos frente a muchos países, sin embargo basta con pensar si
tenemos un sistema educativo que responda a nuestras propias
necesidades sociales, económicas y culturales. O tenemos aquellos
modelos educativos que les convienen a grandes monstros de la
economía a los cuales no pertenecemos y solo nos hacen un país
manufacturero.
Debemos
pensar, ¿nuestra educación y nación se encuentra en crecimiento?