Por: María Guadalupe Ruiz Cahue
Las reformas educativas son hechos que históricamente aparecen como prácticas sociales privilegiadas de proyectos políticos, y uno de sus principales medios para incorporar, modificar, cambiar, mover y experimentar estrategias que afectan directamente en el proceso de enseñanza aprendizaje y en los contenidos curriculares. Además, las reformas también están directamente relacionadas con la formación docente, y se encuadran a la dinámica de los sujetos al interior de las estructuras políticas.
A lo largo de la historia de nuestro país son varios los intentos realizados para contribuir a la mejora de la educación en el país, algunos no han llego a su cumplimiento por un sin fin de razones o circunstancian que no se les ha permitido, ya sea por la decadencia de la estructura o por cuestiones de tipo políticas, con la llegada de distintos mandatarios estos realizan cambios considerables o bien no le dan el seguimiento correspondiente que el anterior mandatario tenía planeado, por lo que esto conlleva a un desajuste y por consiguiente un desequilibrio en el mismo.
Así, dentro de la historia de la educación en México podemos encontrar a la figura del maestro como el sujeto clave e ideal para realizar la tarea de preparación de las nuevas generaciones. También encontramos que esta figura en distintas épocas ha jugado diversos papeles de acuerdo con las disposiciones y las luchas de poder simbólico desde hace algunos años para controlar y legitimar la educación: la Iglesia, los particulares no religiosos y el Estado, todos en conjunto por un buen en común.
Por lo mismo, en esta época de cambios es imposible pensar a las escuelas sin reforma alguna, ya que son importantes para mejorar la calidad de la educación.