Por: Elizabeth Herrera Sandi
LA NEGACIÓN A LA INNOVACIÓN Y AL CAMBIO
Frecuentemente se observa que después de publicada una nueva reforma educativa la respuesta es categóricamente "¡No!".
¿Qué provoca que los actores principales de la educación, se nieguen a participar de manera activa en la ejecución de un modelo innovador?
Ya es parte de la cotidianidad que después de la publicación de una reforma de cualquier tipo, se observe desconfianza, recelo y desacuerdo de la población en general y principalmente de los afectados o involucrados.
Los medios las anuncian como un gran avance y desarrollo para mejorar las condiciones en las que se encuentra el sistema. Señalando las bondades y los beneficios que implicarán para la educación. Y en los centros educativos los directivos, docentes, padres de familia y alumnos, inician una lista de cuestiones como:
¿Qué pretende el sistema lograr con estas modificaciones? ¿Dónde está la trampa? ¿Qué papel juego yo en dicho proyecto?
Y muchas otras que se han escuchado, antes de analizarla a profundidad, hay suspicacia y desconfianza.
Al día siguiente señalan que se requiere de la participación de todos para cristalizar y volver realidad el modelo planteado, como la panacea que va a dar solución a todos los problemas de educación. Y se publica, como si fuera el espectáculo del año, que se requiere, principalmente, de la participación de los docentes y padres de familia.
Aquí surge la primera inconformidad y el desconcierto; la población entera dirige entonces su atención a los profesores que tiene cerca y la forma de ejecutar su práctica, lo cuestiona y juzga. Él es el principal responsable de que el proyecto de innovación sea ejecutado y tenga el éxito planteado. Sin embargo, no se publicó en los diarios, ni en la televisión el proyecto de innovación de las estrategias que tuvo que implementar un docente en particular dentro de un centro educativo específico, con cierto grupo de alumnos que requería una atención determinada para alcanzar un objetivo y diseñó un plan de acción emergente con actividades que estuvieran relacionadas con el contexto social y cultural de sus alumnos, considerando sus emociones y las demandas de los padres de familia, superando los obstáculos en cuanto a recursos materiales, tecnológicos, pedagógicos, administrativos y de gestión para lograr alcanzar su propósito particular. Y al final del ciclo logra alcanzar grandes objetivos y desarrollo de habilidades en sus alumnos.
Entonces, ¿Todas las reformas educativas que propone el sistema educativo a nivel nacional son inoperables?
Podríamos responder a la cuestión anterior con un "Sí" y "No".
Es muy probable que el proceso de implementar, de una reforma educativa haya surgido a partir de una investigación previa, con objetivos bien definidos sobre las necesidades y las competencias que deben observar los egresados para satisfacer las demandas empresariales, y tener las mismas oportunidades de inserción en el sector laboral de manera general.
Los diseñadores de programas y diseños curriculares, se sitúan desde una perspectiva global.
Si los principales ejecutadores de las reformas y las innovaciones educativas son los profesores, lo ideal sería dotarlos de las herramientas necesarias para enfrentar los retos que implican llevar a cabo un proyecto de innovación.
Se han realizado investigaciones sobre los obstáculos que llevan a la ejecución parcial de las reformas emitidas por las autoridades educativas. Fullan (1986) señala los principales factores que impiden el desarrollo y la operatividad de las reformas que van desde la pertinencia, claridad de objetivos, hasta la correlación con las necesidades reales, categoriza las operativas como la capacitación a docentes, competencias de docentes y directivos con elementos de liderazgo y experiencia, monitoreo, eventualidades, evaluación de proceso. Por lo que los profesores desacreditan su operatividad efectiva por un lado, y por otro hay que analizar las cuestiones personales del docente, como falta de motivación psicológica, orientación y reconocimiento.
"Por lo tanto la respuesta no radicar en hacer pensar a los profesores de una determinada forma, sino los factores que intervienen para que los profesores piensen así".
(De Miguel)
Por otro lado la escuela como organización debe impulsar el desarrollo de propuestas innovadores que los docentes ya conocen y promover su desarrollo profesional constante.
Si el docente es formado con metodologías de investigación acción que puedan ser ejecutadas de inmediato ante situaciones particulares en su contexto y su realidad. La implantación de estrategias, métodos o alternativas innovadoras se lograría alcanzar metas pequeñas pero seguras y se darían constantemente pasos hacia el cambio y la modernidad.
Si los docentes cuentan con los elementos formativos necesarios en cuanto a competencias para evaluar y considerar su entorno, así como conocer y anticipar el impacto que este tendrá en la sociedad, a corto y mediano plazo, centrando su actividad, principalmente en el "para qué" y no tanto en el "qué" con relación a la metodología, y las estrategias didácticas hacia el alumno, se estará desarrollando gradualmente la cultura de la innovación.
Bibliografía:
Díaz, Mario de Miguel. Pascual Diez, Julián. San Fabián Maroto, José Luis. Santiago Martínez, Paloma. "El desarrollo Profesional Docente y las resistencias a la Innovación Educativa". Innovación Educativa y Desarrollo Profesional Docente". Pp 15-39
Ortega Cuenca, Pedro. Rodríguez Solís, María Eugenia. Torres Guerrero, José Luis. Servín Martínez, Citlali Yacapantli. López Rayón, Ana Emilia. Suárez Tellez, Liliana. Ruíz Hernández, Blanca. "Modelo de innovación educativa. Un marco para la formación y el desarrollo de una cultura de la innovación". Instituto Politécnico Nacional. Instituto Tecnológico de Monterrey 2007.